sábado, 31 de mayo de 2008

México busca financiamiento para establecer áreas protegidas


Bonn, Alemania, 30 de mayo. Para Alemania México es uno de los socios más importantes en el tema medioambiental, reconoció el ministro alemán de ese rubro, Sigmar Gabriel, en conversación con La Jornada. “Es un país que presiona para alcanzar acuerdos, pero que hace hincapié en que incluso los grandes países emergentes no pueden hacer esfuerzos con recursos propios”, dijo Gabriel en el contexto de la novena Conferencia de las Partes la Convención de la Organización de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica, que tuvo lugar en esta ciudad. “Los países en desarrollo están conscientes de que la destrucción de la diversidad de las especies y de la naturaleza afecta primero a los más pobres. Si seguimos así, a mediados de siglo ya no tendremos pesca comercial, y eso afectará más a los países pobres que a los ricos, por eso interesa a los países en desarrollo alcanzar acuerdos para proteger las especies”, explicó.

El funcionario subrayó la responsabilidad de los países industrializados en el acceso a los recursos genéticos y en el establecimiento de mecanismos que permitan una compensación equitativa. “No puede ser que los países industrializados utilicen los recursos genéticos de las naciones en desarrollo para, por ejemplo, fabricar medicamentos que les reportan grandes beneficios económicos, y que no estén dispuestos a compartir una parte de estos beneficios con aquellos países”, dijo el político.

Alemania, país anfitrión de la conferencia mundial sobre la biodiversidad que reunió hasta hoy a representantes de 190 países, propuso una iniciativa llamada Life Web, que permitiría a naciones en desarrollo proteger zonas estratégicas con el financiamiento de países industrializados. En un primer paso, el gobierno germano pone a disposición un fondo de 40 millones de euros. Se trata de una plataforma Internet para promover alianzas entre países que quieren fortalecer sus áreas protegidas y países donadores. Organizaciones no gubernamentales saludaron la iniciativa y la calificaron como buena señal, ya que exhortará a otros países industrializados a participar. “Sin embargo, son necesarios entre 20 y 30 mil millones de euros anuales para establecer una red mundial terrestre y marina de zonas protegidas”, señaló el experto de la organización World Wide Fund, Jörg Ross.

“La iniciativa podría generar recursos para México, que ha tenido un crecimiento importante en inversión ambiental, al pasar de 147 millones de pesos en 2000 a más de mil millones en 2008”, afirmó Ernesto Enkerlin, Comisionado Nacional de Áreas Protegidas.

“Esperamos poder anunciar pronto un apoyo de Alemania de alrededor de 4 millones de euros anuales, equivalente a 10 por ciento de la bolsa total de 40 millones de euros. Sería el primer financiamiento importante, desde hace años, que recibiría nuestro país, y sería destinado al establecimiento de nuevas áreas protegidas y al fortalecimiento de algunas que están subatendidas”, señaló.

Actualmente se encuentran bajo protección 23 millones de hectáreas, lo que equivale a 11 por ciento del territorio nacional, un sistema que abarca regiones al norte, noreste, occidente, además de las que ya existían desde la década de los 80 en la península de Baja California y el sureste del país.

Metas por alcanzar

“En esta administración esperamos llegar a un territorio de áreas protegidas federales equivalente a 12 por ciento del área nacional y otro 3 por ciento de áreas protegidas a escala estatal, municipal y comunitaria, es decir, 15 por ciento de la superficie del país. En el mar queremos llegar a 10 por ciento, pero durante este gobierno se quiere alcanzar 5 por ciento. En el tema del mar todos los países están rezagados”, afirmó.

Expertos advierten que durante el pasado siglo se han perdido unas tres cuartas partes de la diversidad genética de cultivos agrícolas y cientos de especies animales están en peligro de extinción. Los biocombustibles y sus efectos negativos sobre el ecosistema provocaron fuertes debates en las sesiones de trabajo. Organizaciones no gubernamentales piden una suspensión de los cultivos de cereales para la producción de combustibles que amenazan la diversidad biológica y la seguridad alimentaria.

En el encuentro también participaron organizaciones indígenas que demandan reconocimiento de sus derechos y que sus iniciativas con identidad propia sean aceptadas. “No podemos esperar a que nos impongan un modelo occidental de desarrollo, tenemos que construir uno según nuestra identidad, nuestra cosmovisión, que garantice la permanencia de la flora y la fauna que tenemos en nuestros territorios”, afirmó Juan Sánchez Jiménez, representante de la organización Red Indígena de Turismo en México. Se trata de una red fundada en 2002, que ya cuenta con 32 microempresas turísticas indígenas en 15 estados.

Fracasa defensa de la biodiversidad

Bonn, 30 de mayo. La diversidad biológica del planeta se extingue a velocidad vertiginosa. Según la organización World Wide Fund, de 1975 a 2005 se perdió 27 por ciento de la diversidad de especies animales y vegetales, de recursos genéticos y de los ecosistemas globales. Todos éstos se están perdiendo a una tasa entre cien y mil veces mayor de lo que sería un ritmo de extinción por causas naturales. Unas 150 especies se pierden cada día; de ahí el apremio a la llamada novena Conferencia de las Partes. La principal instancia del Convenio para la Diversidad Biológica de Naciones Unidas, ratificado por 192 países, reunió en un lujoso hotel de Bonn, Alemania, a unos 5 mil delegados que debían adoptar medidas urgentes para detener la pérdida de la biodiversidad de manera sustancial hasta 2010.

“Ha sido un circo de reuniones de todo tamaño en las que ha habido más comercio de ‘corchetes’, es decir, párrafos sobre los que no hay acuerdo, que un interés real en proteger el planeta”, dijo la británica Helena Paul, de la organización EcoNexus. Unas 30 organizaciones civiles, entre ellas indígenas y de movimientos sociales, acompañaron el proceso y no dejaron de señalar a los gobiernos las cuestiones más urgentes a tratar, como la diversidad biológica agrícola, los efectos negativos de los agrocombustibles, la acelerada deforestación de los bosques, la destrucción de los ecosistemas marinos, los riesgos de los árboles genéticamente modificados, la biopiratería y otras cuestiones que afectan gravemente la biodiversidad y tienen un impacto negativo sobre el calentamiento global.

Se estima que diariamente son derribadas unas 35 mil hectáreas de bosques, 13 millones al año. Esta acelerada deforestación, particularmente de las selvas tropicales, es la causante de 20 por ciento del calentamiento global y de que se pierdan especies únicas originarias de estos ecosistemas milenarios megadiversos. También desaparecen las fuentes de subsistencia de millones de habitantes de esos territorios, los pueblos indígenas. “Tenemos a países de la Unión Europea que por un lado proponen acciones más fuertes para la conservación de los bosques y por el otro promueven el uso de biocombustibles y de transgénicos; o naciones como Brasil, que se opusieron a toda negociación sobre los biocombustibles mientras no se revise su sistema de producción de caña de azúcar”, señaló Hesiquio Benítez, de la Comisión Nacional para la Biodiversidad. México dirigió las negociaciones del grupo de trabajo de bosques que intentó hasta el último minuto sacar un acuerdo.

Brasil y Estados Unidos defendieron las maravillas de los agronegocios, argumentando tener dos mercados con el mismo producto: el de combustibles y de alimento de animales. “Así pretenden mantener el estilo de vida occidental sin tener que hacer ningún sacrificio”, afirma la activista Helena Paul, que lamenta que la biodiversidad se sacrificó en Bonn en aras de los beneficios de las grandes corporaciones. En eso coinciden otras organizaciones.

“Ha sido una vergüenza que Vía Campesina, de Brasil, haya tenido que venir a pelear para que le dieran la palabra en un tema como la biodiversidad agrícola, donde el campesinado es central”, afirma Silvia Ribeiro, del Grupo ETC. “No se reconoce el papel central del campesinado y, sumado a esto, lo realmente preocupante es que el convenio está siendo secuestrado por las trasnacionales de los agronegocios y del comercio de semillas, híbridas y transgénicas”, afirma Ribeiro, y advierte que abrieron la puerta a las grandes trasnacionales “dizque” para que trabajen en la biodiversidad. “Desde hace 20 años la industria farmacéutica participa en la biopiratería de las semillas campesinas; no hay que abrirles la puerta porque ya están ahí”, hay que sacarlos.

En cuanto a árboles transgénicos ha habido un retroceso según el investigador Miguel Lovera, presidente de la Coalición Mundial por los Bosques, de Uruguay, pues hace dos años se acordó poner una moratoria a los ensayos de campo y en este momento el lenguaje tiende a permitirlos.

“Eso es muy peligroso, por la peculiaridad que tienen los árboles, que viven muchísimos años, que producen cantidades gigantescas de polen; sobre todo esas especies con las que se está experimentando la modificación genética; dispersan su polen hasta por mil kilómetros, como los álamos, los pinos y los eucaliptos. Estamos jugando a ser dios sin ser siquiera angelitos”, advirtió.

El investigador subrayó que se está tratando de convencer a las partes para que no cedan a los intereses comerciales que están detrás de la promoción de estas tecnologías y apliquen el principio precautorio consagrado en tantas legislaciones nacionales e internacionales.

Explicó que la industria está probando las propiedades insecticidas en el tejido somático de ciertos árboles con el gen Basilus turingiensis, un insecticida natural que convertiría a dichos árboles en un veneno para todos los insectos en general, lo que exterminaría a especies como la mariposa monarca, y cuyo polen podría ser además de alérgico, venenoso.

Canadá, Australia y Argentina están defendiendo estos experimentos; la Unión Europea ignoró las demandas ciudadanas.

Desembolso millonario

La conferencia se propuso detener la deforestación global con el establecimiento de una red mundial de áreas protegidas hasta 2010. Expertos advierten que son necesarios entre 20 y 30 mil millones de euros para financiar dicha red. Hasta ahora, los países industrializados aportan entre 5 y 7 mil millones de euros para mantener zonas protegidas en su territorio.

Alemania dio el primer paso y se comprometió a destinar 335 millones de euros anuales hasta 2012, y a partir de 2013 unos 500 millones de euros al año. Noruega puso un fondo de 500 millones de dólares anuales. Según expertos, la sobrexplotación de los recursos pesqueros provocará un colapso de la captura comercial en 2050; además, se teme que en 2030 se pierda 60 por ciento de los arrecifes de coral como resultado de la contaminación, el cambio climático y el turismo, por tanto se propuso crear una red global de zonas marinas protegidas a partir de 2012.

Publicado en La Jornada
Eva Usi (Especial)

Acuerdan crear leyes contra la biopiratería


Al concluir la que ya es considerada como una reunión histórica, ministros y funcionarios de medio ambiente de 191 países acordaron ayer en Bonn, Alemania, comenzar a redactar la primera legislación internacional en contra de la biopiratería, la cual será revisada y sometida a votación en 2010, en Japón.

Este es uno de los acuerdos alcanzados en cinco grandes áreas en las que se organizó la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad, en la que los mexicanos Ernesto Enkerlin y Hesiquio Benítez, presidieron las mesas sobre Áreas Naturales Protegidas y Conservación de Bosques, respectivamente.

Con la palabra biopiratería los especialistas se refieren al proceso en el que empresas o personas extraen animales y plantas de un país y luego lucran con la totalidad o una parte de ese organismo vivo, por ejemplo extrayendo sustancias activas de plantas para medicamentos o genes de animales para procesos biotecnológicos.

“La reunión ha sido un éxito pues, se ha generado la primera Hoja de Ruta Internacional sobre Reparto de Acceso y Beneficios entre quienes venden recursos genéticos y los países de origen, lo cual fue uno de los temas más controvertidos de la reunión”, dijo en la clausura Sigmar Gabriel, ministro del Medio Ambiente de Alemania y anfitrión del encuentro.

Otros acuerdos alcanzados refuerzan la protección a zonas marinas; comprometen dinero para el rescate de selvas y bosques; alertan sobre la presión que los biocombustibles están generando sobre las tierras destinadas a cultivar alimentos y se comprometen a que en 2020 al menos 20 por ciento del territorio de todo el planeta esté protegido.

“Las áreas protegidas son quizá la herramienta más completa e importante pero, no son la única y si no utilizamos otras modalidades de conservación como los corredores ecológicos, no podremos conservar la rica biodiversidad de México y otras parte del mundo”, comentó en entrevista con MILENIO Diario, Ernesto Enkerlin, Comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

México fue coordinador del tema de reservas y áreas protegidas debido a que es el segundo país con más ecosistemas diferentes en todo el mundo, sólo detrás de China, pero en nuestro caso, 15 por ciento del territorio nacional y 10 de nuestros mares cuentan con algún régimen de protección.

Sobre el tema de las reservas, Alemania invirtió 785 millones de dólares para lanzar el programa Lifeweb, con el cual pretenden recabar dinero de países industrializados para ayudar a que países pobres conserven sus áreas naturales. Con respecto a la Conservación de Bosques, que coordinó Hesiquio Benítez, de la Comisión de Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, se acordó pedir que 10 por ciento de terrenos con especies maderables sean destinados a reservas y que se combata la tala ilegal de árboles. Las partes diagnosticaron que 20 por ciento de los gases de efecto invernadero no son capturados a causa de la deforestación.

A nivel marino, acordaron detener con moratoria un proyecto que intenta combatir el cambio climático liberando en el mar nutrientes que permitan multiplicar el número de algas que absorben carbono presente en el aire.

Publicada en Milenio Diario
México/Antimio Cruz

lunes, 12 de mayo de 2008

Curso de código de barras del ADN en la unidad Chetumal de ECOSUR

Considerando que los códigos de barras del ADN son una nueva técnica basada en una secuencia estandarizada del ADN mitocondrial, que sirve para identificar a nivel de especie a los peces y a todos los animales de nuestro planeta, en la unidad Chetumal de ECOSUR se realizará, el 5 y 6 de junio próximos, el taller internacional denominado North and Central American Linkages for the DNA Barcoding of Fish.

Los objetivos del taller son clarificar el concepto y aplicaciones de los códigos de barras; invitar a investigadores ictiólogos y estudiantes a participar en la campaña de Fish-Bol; informar sobre el uso potencial de los códigos de barras en áreas como pesquerías, acuacultura, prevención y control de especies exóticas y protección ambiental; conocer los problemas y controversias sobre el uso de los códigos de barras; demostración de aplicaciones actuales de los códigos de barras en peces; y la búsqueda de oportunidades para obtención de recursos económicos para la investigación de los códigos de barras.