miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Y los científicos?

Miércoles, 10 Septiembre, 2008


¿Qué será de los EU si Sarah Palin, candidata a vicepresidenta que representa lo más retrógrado de la derecha cristiana estadunidense, llega al poder? (MILENIO Diario reporta ayer que McCain y Palin llevan una ventaja de cuatro puntos.)

Palin es una furiosa opositora a la libertad de las mujeres de decidir sobre el aborto. Se opone a otorgar a las parejas homosexuales los mismos derechos que disfruta cualquier ciudadano heterosexual. Aboga además por enseñar la seudociencia del creacionismo en las clases
de biología, como alternativa a la evolución darwiniana.

Declara no estar convencida de que el calentamiento global sea consecuencia de la actividad humana. Y, para colmo, opina que la invasión a Irak es producto de la “voluntad divina”.

El problema es que, a pesar de ser —todavía— la mayor potencia científica y tecnológica del mundo, Estados Unidos es también una sociedad plagada por la incultura científica y la popularidad del pensamiento mágico-religioso. Gran parte de los ciudadanos prefiere creer las palabras de predicadores y charlatanes que confiar en el conocimiento generado por sus científicos.

¿Incultura científica en EU? ¿Y cómo estaremos los mexicanos? Claramente mucho peor, pues no contamos con el alto número de instituciones científicas de nuestros vecinos. Consecuentemente, el peso de nuestra comunidad científica en la sociedad es mínimo. Despreciable.

Para muestra, un botón: en la encuesta presentada ayer en MILENIO Diario por María de las Heras sobre el desempeño de “los diversos actores políticos de nuestro país”, que incluía a militares, periodistas, sacerdotes, banqueros, jueces, políticos, empresarios, policías,
maestros... ¡los científicos ni siquiera aparecen!

Desconozco si fue decisión de De las Heras no incluirlos o si sus encuestados no los mencionaron. Lo cierto es que su ausencia refleja claramente su falta de influencia en la política nacional.

Da terror lo que pasa en EU, pero también lo que ocurre aquí. La ciencia no cuenta para la sociedad mexicana, y eso explica en parte nuestra triste situación actual y nuestro futuro nebuloso. Y en parte, los científicos tenemos la culpa, pues no hemos logrado hacer
conscientes a nuestros conciudadanos de que la ciencia debería ser una prioridad nacional. Habría que hacer algo para remediarlo.


mbonfil@servidor.unam.mx

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