Escrito por Luis Tamayo | |
Domingo, 01 de Junio de 2008 00:00 | |
En el año 2005 el huracán Stan, luego de afectar gravemente a varias naciones centroamericanas, azotó las costas del sureste mexicano y generó terribles deslaves que sepultaron a varias comunidades de Chiapas. Esta catástrofe que ocasionó casi dos mil muertos y que las televisoras no tardaron en calificar como “natural” había sido predicha, desde hacía casi una década, por los estudiosos del Colegio de la Frontera Sur. Dichos investigadores habían señalado que la destrucción de las selvas y bosques de las zonas altas de Tapachula para convertirlas en ranchos ganaderos ponía en riesgo a las poblaciones de las zonas bajas a causa de los deslaves que podrían ocurrir a consecuencia de las lluvias intensas. Cuando llegó Stan tan sólo se hizo realidad la predicción. Afortunadamente para los gobernantes chiapanecos, en ese momento ya nadie recordaba los viejos ensayos (que tan poco tomados en cuenta fueron) contra “el provenir ganadero del estado de Chiapas” y la falsa tesis de la “catástrofe natural” fue la que prevaleció… entre el sufrimiento de la región toda. No debe ocurrir lo mismo en nuestro estado… y el papel de la academia es fundamental en ello. Gran parte de los académicos e investigadores de Morelos somos funcionarios públicos, los impuestos del pueblo generan los salarios que nos paga el gobierno y nuestra tarea fundamental es localizar y alertar a nuestras autoridades y a la población en general sobre los “focos rojos” que podrían afectarnos con el fin de corregirlos a tiempo. Todos, autoridades, académicos e investigadores tenemos el mismo objetivo: la solución de los grandes problemas nacionales y regionales. Y no sólo de los actuales, también de los futuros. Desde mi punto de vista es una deslealtad con nuestro gobierno y con nuestro pueblo dejar de ejercer la crítica y la alerta, asintiendo sumisamente y sin realizar análisis serios de las iniciativas emergentes tanto del gobierno como de los diversos grupos empresariales y de desarrolladores. Es por tal razón que nos manifestamos contra la ubicación del relleno sanitario en Loma de Mejía o contra la autopista Lerma-Tres Marías y el libramiento Norponiente. Yo estoy seguro que a nuestras autoridades les preocupa tanto como a nosotros el bienestar actual de los morelenses, pero nosotros tenemos que ayudar con la visión de largo plazo, evaluando los efectos futuros de las acciones realizadas en el presente. Ese, así lo considero, es el mejor servicio que los académicos e investigadores podemos ofrecer a nuestro gobierno y a nuestro pueblo. Publicado en La Jornada Morelos |
miércoles, 4 de junio de 2008
El compromiso de los académicos con la nación
Etiquetas:
catástrofes,
compromiso social,
El colegio de la frontera sur,
Stan
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